¿Cuántas cosas necesitas para enamorar realmente a tus clientes? ¿Y a tus empleados? ¿No será que no tienes realmente claro como ayudar a tu «tribu»?
¿No te parece que siempre hay algún modo de hacer las cosas más sencillas? ¡Pues hazlo!
Leo el capítulo 24, llamado «La lista de las cosas que no necesito», del libro 25 Consejos de productividad de Augusto Pinaud y me inspira para escribir este post y llamar tu atención sobre la importancia y el poder de lo simple en la empresa.
¿Cuántas cosas necesitas para enamorar realmente a tus clientes? ¿Y a tus empleados? Orientarse a lo realmente imprescindible es un ejercicio que todos deberíamos hacer cada tres meses.
El nivel de complejidad define a las personas y también a las empresas. Lo simple es más ligero, más rápido, más barato, … Más todo, en definitiva. ¿Cuántas cosas tienes y cuántas necesitas? Traslada esa pregunta tan potente a tu entorno de pyme. Productos, personas, departamentos y jefes, encargados, almacenes, clientes, proveedores. Recuerda la mítica frase de John Ford que decía «Un cliente puede escoger el color que desee para su coche, siempre y cuando sea negro».
Buenísimo, ¿verdad?
Una buena pista es echar mano de la regla 80/20 de Paretto o bien eliminar todo aquello que no hayas usado los últimos 6 meses por ejemplo. Piensa en un principio que te sirva y aplícalo. Elimina aquello que no uses. Una vez hayas pasado por este filtro, aplica un segundo bajo el mismo principio y elimina todo aquello no uses «frecuentemente». Como afirma Augusto en su artículo, no se trata de aplicar el minimalismo a la empresa sino más bien de tener lo suficiente. Al simplificar, estás enfocando hacia lo realmente importante y esa capacidad de concentración te da velocidad y precisión a la hora de ejecutar las cosas. Es como no frenar en las curvas para ir más rápido sin que el coche patine.
De la misma manera que una cabeza bien centrada tiene las cosas justas, una empresa libre es aquella que gestiona con lo justo. Deshazte de lo que no uses. Agilizarás y podrás automatizar tus procesos. Crecerás mucho más rápido y tendrás un mayor dominio del negocio ya que lo gobernarás con los instrumentos justos y necesarios. Sin florituras.
En tu caja de herramientas, incluye una nueva que sea siempre preguntarte si lo que tienes es realmente necesario. Cultiva la sencillez y enamorarás más a tus empleados y a tus clientes.
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