Más datos. Menos opiniones.

Mi primer puesto de responsabilidad como jefecillo fue en la compañía multinacional de servicios logísticos TNT. En su división aérea. Acabábamos de convencer a los ingleses de que si nos daban un avión, seríamos capaces de llenarlo diariamente antes de tres meses para así justificar la inversión. Yo era el Jefe Nacional de Ventas y Jerry Fitchett mi jefe. Brillante inglés, por cierto. En cada reunión me decía «Speak with data, Alvaro. When you asume means that you and me are both ass». No es quiera pasarme de listo con el inglés sino que, al jugar con la palabra asumir, permite el doble significado de que ASS en el idioma de Shakespeare, significa asno o idiota. Jerry daba por hecho que antes de tomar ninguna decisión importante debíamos soportarla con datos. Con buenos datos. Te aseguro que a la tercera vez que me lo dijo, ya no me lo tuvo que repetir nunca más. No le agradeceré suficiente esa lección de vida.

Cada semana visito muchos clientes de mi consultoría y me sigue sorprendiendo la cantidad de decisiones que se toman de manera impulsiva. Sin apenas reflexión. Sin datos. Sin buenos datos. Sin consultar ni tan siquiera con el experto de turno. Escoger los datos es como escoger al personal o los ingredientes de un buena receta. Si no sabes hacerlo, aprende antes de decidir nada. Requiere mucho talento.

¿Y tú qué tal llevas eso de decidir? ¿Te has parado a pensar cómo lo haces? ¿Tienes un sistema? ¿Te va bien o le damos una vuelta de tuerca y lo mejoramos?

 

¿Hola? ¿Sigues ahí? Voy a por mi consejo de hoy…

 

Y digo esto porque en la vida de tu Pyme, todos los días tomamos decenas de decisiones. Una más sencillas y otras más complejas, donde nos jugamos más nuestro futuro.

 

A mi me ha ido muy bien  distinguir entre las decisiones que tomo con datos y las que decido por instinto. Cuando decides con datos y compartes con tu equipo tú lógica para la toma de decisión, cambia el mundo. No solo enseñas  tu gente a pensar de manera ordenada, con un sistema (¡me encantan los sistemas!), sino que al hacerlo, te obligas a pensar en qué datos necesitas, a quién se los vas a pedir ya que a mayor impacto en la decisión más confianza necesitas en el dato y en la persona que te lo facilite, en qué momento los compartirás.

En el otro lado de la balanza está el decidir por instinto. Para ello hay que tener mucha, mucha confianza en uno mismo y no todo el mundo la tiene. Para mi el instinto no es más que una pauta de comportamiento fundamentada en tu experiencia. Si la tienes, lo ponderas más y si no, debes conseguir más datos.

Ser productivo no consiste en trabajar como una mula de carga sin ton ni son. La productividad tiene más que ver con tus prioridades y el tiempo que te des para decidir. Decidir bien, de forma sensata y con la participación de tu gente, es básico para ser productivo y que tu Pyme lo sea.

 

Siempre buscarás un equilibrio entre los datos y tu intuición. Utiliza las dos cosas. Muchas veces los datos te llevan a un callejón sin salida y necesitas ser creativo aportando un toque con tu intuición y viceversa. La intuición hace siempre mucho más divertida la gestión pero requiere de altas dotes de liderazgo. No busques tener siempre el 100% de los datos ni tampoco decidas solo por intuición. El típico «a mi ya me pasó esto», es la situación ideal para cagarla. Nunca decidas sin datos. Es como conducir por el retrovisor y no mirando al frente. Muchas veces buscarás los datos que fundamenten tu intuición. Tampoco lo hagas. Rodéate de personas que piensen de forma distinta a la tuya y no de «yesmen«. Enséñales a pensar, a decidir y disfruta del vuelo ya que cuando se decide, se crece como persona y como empresa.

Recuerda, eso si, que en este viaje de ganar dinero con tu Pyme, tu equipo seguirá siempre antes una buena intuición de alguien en quien confíen que el mejor de los datos.

Me llamo Álvaro Navarrete y soy CEO de SuperPyme. Estoy aquí para ayudarte a ganar dinero con mi método MSG (Mide, Simplifica y Ganarás dinero).

alvaro@superpyme.es