Vale, Álvaro, me pongo las pilas y hago que en mi empresa las cosas se hagan de forma más sencilla. ¿Y luego?. ¿Qué gano con ello?

¿Tú qué crees? Tu eres quien manda, ¿no?

¿Sabes que, al menos, un 50% de las tareas o tiempos de proceso NO aportan valor al cliente o al accionista (1)?

El ROI habitual inmediato es que te liberas del día a día. Dejas de estar «bailando» como un monito de rama en rama  sobre lo urgente y pasas a centrarte en lo importante-no urgente. Los proyectos. Uno al trimestre. Cuatro al año. ¡Stop! Esos que te harán ganar dinero de verdad.

Por fin, empiezas a ver el bosque y encima te tomas el viernes por la tarde libre.

Enseguida verás que reduces tu gasto. Que tu gente está más centrada. Que eres más rápido  reaccionando al mercado y eso te diferencia del resto. El tiempo es dinero y quien sabe reducirlo, gana más.

Tus sistemas son más simples, predecibles y repetibles y eso tiene como consecuencia una mayor escalabilidad. O sea que al construir un sistema puedes replicar tu modelo de negocio de forma más rápida y precisa. Empiezas a conducir un coche con el cambio automático en lugar de un autobús de segunda mano, si me permites el símil rancio.

Ya no tienes una empresa, tienes un negocio que te da dinero y es predecible. Hasta puedes diseñar un plan patrimonial personal. Ya puedes empezar a pensar qué quieres hacer.

Por eso es por lo que me pagan cuando me contratan.

Como CEO, dueño o director general de tu empresa, una de tus mayores responsabilidades es asegurarte que tu negocio funcione de manera eficiente. Reducir la complejidad es el camino más rápido para ganar dinero de la forma más sencilla posible.

En este artículo, te propongo tres formas en que puedes reducir la complejidad en tu empresa:

1. trabaja con sistemas,

2. elimina tareas que no aportan valor y

3. mide lo importante.

En primer lugar, trabajar con sistemas es la mejor forma de reducir la complejidad. Piensa en algo que hagas o que veas. Tampoco hace falta que sea el McDonalds de turno. Ahora analízalo y si funciona verás como me das la razón. Detrás hay un sistema.

Un sistema da como resultado algo predecible. Los sistemas permiten automatizar procesos y reducir la cantidad de trabajo manual que se requiere. Además, los sistemas ayudan a almacenar y analizar datos importantes de la empresa, lo que te permitirá tomar decisiones mucho más rápido y con mayir calidad y precisión. Te aseguro que solo por esto que acabo de decir, ya vale la pena.

Recuerda que la tendencia natural de un sistema es acabar en la automatización.

En segundo lugar, es importante eliminar tareas que no aportan valor. Según estudios recientes, al menos el 50% de las tareas o tiempos de proceso no aportan valor al cliente o al accionista. Piensa en tu día a día. Estoy seguro que si te pones las pilas, consigues hacer ,lo mismo en un 20% menos de tu tiempo. Por lo tanto, es importante identificar estas tareas y eliminarlas o automatizarlas cuanto antes.

Haz un mapa de procesos y dibuja aquellos por los que realmente el cliente te valora. Habla con tu gente. Ellos lo saben mejor que té. Recuerda los paseos «Gemba«Al centrarte en las tareas que realmente aportan valor a tu empresa y a tus clientes, puedes aumentar la eficiencia y mejorar la rentabilidad.

En tercer lugar, es básico de primero de parvulos, medir el desempeño de tu empresa para poder mejorar. Debes establecer métricas claras para medir el desempeño de tu empresa y monitorizarlas regularmente. Fijar límites para cada KPI. Por arriba y por  abajo. Esto te permitirá identificar áreas de mejora y tomar medidas para mejorarlas. Además, al medir el desempeño, podrás determinar si las iniciativas que has tomado para reducir la complejidad están teniendo el impacto deseado.

Tu gente verás como se pone las pilas. Esio si, piensa en recompensar el rendimiento y que alguno se caerápor el camino. La meritocracia tiene eso.

En resumen, para reducir la complejidad en tu empresa, es importante trabajar con sistemas, eliminar tareas que no aportan valor y medir el desempeño de lo que sea importante. Ese es el camino.

Recuerda que la complejidad en la empresa puede llegar a ser como un monstruo de dos cabezas. Al eliminar la cabeza que no aporta valor, puedes enfocarte en la cabeza que sí lo hace y hacer crecer tu negocio.

A modo de bonus track extra, te daré algunos consejos más para reducir la complejidad en tu empresa:

  1. Haz una lista de todas las tareas que se realizan en tu empresa y clasifícalas en dos categorías: las que aportan valor y las que no lo hacen.
  2. Luego, trabaja en la eliminación o automatización de las tareas que no aportan valor. Un checklist por sistema está la mar de bien y lo haces en 5 minutos.
  3. Establece objetivos claros y medibles para reducir la complejidad en tu empresa. Asegúrate de que todos en tu empresa entiendan estos objetivos y sepan lo que se espera de ellos.
  4. Fomenta una cultura de mejora continua en tu empresa. Pide a tus empleados que sugieran formas de simplificar los procesos y eliminen tareas que no aportan valor.

Espero que estos consejos te ayuden a reducir la complejidad en tu empresa y vayas como un tiro hacia el éxito.

Si tienes alguna pregunta o necesitas ayuda para implementar estas ideas, no dudes en mandarme un e-mail  a alvaro@superpyme.es o bien visitame en www.superpyme.es

Para acabar, te invito a reflexionar sobre estas dos preguntas:

  • ¿Qué tres cosas veo que funcionan bien de mi día a día? ¿Tienen un sistema? ¿Cuál es?
  • En mi entorno más cercano, ¿qué tres cosas funcionan fatal? Seguro que no hay un sistema.
  • ¿Cómo puedes trabajar SIN sistemas en tu empresa?
  • ¿Qué procesos requieren de intervención urgente y voy a sistematizar primero?
  • ¿Cuáles son las métricas clave que debes medir para monitorear el desempeño de tu empresa y reducir la complejidad?

Al responder a estas preguntas, podrás desarrollar un plan claro y realista para reducir la complejidad en tu empresa y lograr el éxito que deseas.

¡Mucho éxito y al lío!

 

(1) Lean Enterprise Institute Study March 2022.