¿Por qué algunas empresas logran crecer y ganar dinero mientras que otras no parecen avanzar?

La respuesta, según mi experiencia, se encuentra en la mentalidad del CEO y su enfoque en la SISTEMATIZACIÓN. La culpa, de lo bueno y de lo malo, siempre está en el CEO que para algo es quien manda (perdón dirige).

Los años me han enseñado que no se es empresario de verdad, de verdad, de verdad, hasta que se adquiere esa mentalidad. Hasta que no consigues esa manera de pensar, solo tienes un trabajo mejor o peor pagado, con ayudantes, pero no  dejas de ser más que un autoempleado más. Un dueño de negocio debe ver su empresa como una máquina  para generar resultados y sabe cómo implementar cambios de manera lógica y ordenada, evitando improvisar. La empresa solo es tal cuando existen sistemas eficientes. 

El primer paso hacia la mejora es abordar, sin miedo, primero lo que peor funciona.  Mi recomendación es comenzar por construir un sencillo mapa de procesos, que podría incluir:

  • Procesos financieros como el cuadre diario de bancos o la previsión de tesorería.
  • Procesos que causan retrasos en la entrega o errores de calidad que afectan al cliente.
  • Problemas de comunicación que dificultan la colaboración entre los empleados.
  • Problemas con el seguimiento de clientes, generación de facturas, seguir los abonos es un filón infinito, los cobros o el servicio al cliente.
  • Problemas de gestión de inventario. El ABC por rotación, el ABC por mermas. Haz limpieza de los productos que perjudican tu rentablidad.
  • Problemas de control de gastos.El ABC del gasto. Para empezar puedes meter mano a todos aquellos gastos que hayan crecido más qeu la inflación. Más adelante los planteas «en base cero».
  • Problemas asociados a la gestión de compras, como precios, calidad o plazos de entrega ineficientes, o días de pago a proveedores prolongados.
  • Problemas que afectan las ventas o el margen, como descuentos o promociones mal gestionados. El ABC de contribución por clientes. Siempre es sano «despedir» a los malos clientes.
  • Problemas relacionados con el cierre contable y el cumplimiento de obligaciones legales de pago de impuestos. El cuadre de bancos «al día» es un ejercicio super saludable al que pocos CEO’s se enfrentan.

Una vez que hayas identificado estos procesos problemáticos, es hora de crear procedimientos claros para estandarizar el modo de trabajo. Aquí hay algunas ideas prácticas para empezar:

  1. Crea procedimientos y capacita a los empleados para garantizar que todos estén al tanto de los procesos y procedimientos. Comienza con un grupo pequeño para prototipar el éxito. Más adelante serán nuestro embajadores.
  2. Establece protocolos de comunicación claros y estandarizados, creando listas de tareas sencillas y checklists. Usa herramientas como Google Drive para facilitar el acceso y colaboración del personal.
  3. Dinamiza la formación con videos cortos en YouTube. Divide temas extensos en segmentos de máximo 4 minutos para facilitar el aprendizaje.
  4. Automatiza tareas repetitivas tanto como sea posible, aprovechando los procedimientos que has creado.
  5. Mide el rendimiento utilizando indicadores clave de rendimiento (KPI) para detectar problemas y oportunidades de mejora.
  6. Actualiza y mejora un mínimo de tres procedimientos clave cada mes para mantener el progreso constante.
  7. Reserva tiempo para supervisar y mejorar continuamente. No delegues esta responsabilidad, ya que es crucial para el éxito de tu empresa.

En tan solo tres meses, sin apenas darte cuenta, habrás transformado la cultura de tu empresa. Te convertirás no solo en el CEO, sino en el Director de Organización y Sistemas, una pieza clave para el éxito empresarial. Al dominar los circuitos internos, habrás ganado autoridad y respeto entre tus empleados, lo que se traducirá en una mayor agilidad de la empresa. ¡Pronto tendrás una SUPERpyme!

A partir de ahí, solo necesitas continuar mejorando cada día un poco más. ¡No hay más secretos! Emprende este camino hoy mismo y disfruta del éxito que te espera.

Te deseo un feliz día y mucho éxito en tu aventura empresarial.

¡Dios como me gusta ser empresario!

Ir al contenido