El 12 de abril de 2018 en un Starbukcs de Filadelfia, Estados Unidos, dos hombres negros, Rashon Nelson y Donte Robinson, entraron en la cafetería y pidieron usar el baño sin tomar nada. El personal de Starbucks les negó el acceso, lo que llevó a una fuerte discusión. Acto seguido, el gerente de la cafetería llamó a la policía y los dos hombres fueron arrestados bajo el cargo de «allanamiento y alteración del orden público», lo cual generó una gran controversia y provocó acusaciones de discriminación racial. El video de la movida se hizo viral en las redes y se lió parda en todo el país, lo que llevó a manifestaciones y boicots para que Starbucks tomara medidas para resolver el problema de la discriminación en sus tiendas de café.

Como resultado, Howard Schultz, quien era presidente ejecutivo de Starbucks en ese momento (un crack, por cierto), pidió perdón públicamente a las dos personas y decidió cerrar durante una tarde sus más de 8.000 cafeterías en Estados Unidos el 29 de mayo de 2018 para llevar a cabo una formación específica sobre discriminación racial para todos los empleados. Esta decisión fue tomada como ejemplo  de liderazgo y una buena forma de abordar el problema lo que sirvió más tarde para reafirmar el compromiso de la compañía con la inclusión e igualdad social.

Hubo un período de aproximadamente un mes y medio, desde el incidente el 12 de abril hasta la fecha de la capacitación sobre discriminación racial que tuvo lugar el 29 de mayo de 2018. Starbucks me imagino llevaría a cabo a cabo investigaciones internas, evaluó sus políticas y procedimientos y trabajó en la planificación de la formación en todas las tiendas de Estados Unidos y diseñaría un buen plan de comunicación para recuperar lo perdido.

Un par de huevos ese Shultz. Sí, pero… siempre me he preguntado por qué a un mega crack de su nivel que domina su mercado y vende 8.500 millones de USD al año le tomó tanto tiempo EJECUTAR la formación.

¿No te parece raro? Y eso que los americanos son los más rápidos en tomar acción para solucionar los problemas. Ellos tardan un mes en media, en Alemania, 13 y en España, tardamos 17.

Una lección más sobre la importancia de un liderazgo fuerte para nuestras pymes y la dificultad de ejecutar acciones que aparentemente son obvias pero que después toman mucho más tiempo del deseable. Otra vez el Time To Market dichoso.

Ahí lo dejo. Feliz día.

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