¿Por qué nos cuesta tanto sistematizar nuestra empresa cuando es tan evidente que haciéndolo obtenemos mil ventajas? 

Cada cual tendrá sus propias excusas o miedos pero te aseguro que si desarrollas el hábito de simplificar y automatizar tu pyme, ganarás más dinero, más tiempo y dominarás tu negocio. ¡Palabra!

Te explico un buen caso que espero te ayude a dar ese primer paso para que empieces a documentar y automatizar tus procedimientos que es una de mis palancas favoritas (una de las joyas de la corona) 

Sir Peter Lely, pintor retratista alemán del Siglo XVII nació en Westfalia pero se fue a hacer las américas a Londres en 1610.

No sería el primer artista que aplicó la sistematización a su arte (con permiso de los pintores de las cavernas y de Miguel Ángel) pero sí que es de los primeros que consta que lo haya documentado.

El tipo, ni corto ni perezoso, puso su empresa en modo piloto automático. Ahora te doy los detalles.

El estilo de pintura de Lely era el barroco, muy popular en aquel tiempo. Recargadito. Ya te imaginas. Bien, pues al poco tiempo de llegar a Londres, nuestro amigo Lely (que aún no era Sir, por cierto), empezó a ganar fama como el mejor retratista de la Corte. Vamos, que el tío era un máquina de lo bien que pintaba y se lo rifaban los ricachones de la época. Se hizo muy famoso por una serie de 10 retratos de la familia Real conocidos como «Las Bellezas de Windsor» y que hoy en día deben valer un pastón.

Como había mucha demanda, Lely abrió un taller y empezó a entrenar a otros pintores para que le ayudasen a terminar sus cuadros. Aún así, no daba abasto. El buen hombre tenía montado un auténtico proceso en masa que le permitía ser contratado por aquello que más valoraban sus clientes: Los retratos. Las caras.

Viendo el business pensó en reinventarse y decidió que él solo haría caras y su equipo, el resto. ¡Más chulo que un ocho! (por cierto mi número preferido). Claro, cobraba más por un  cuadro completo a cuerpo entero y con estancia de fondo que por un simple retrato. Ya tenía el business plan.

Sus clientes querían un retrato firmado por él. Lely había hecho seguramente algún curso en YouTube de marca personal y lo tenía clarísimo. Él se limitaba a hacer solo las caras. A capturar la emoción de los rostros. Los atuendos, el contorno, el cuerpo, eso lo delegaba en sus asistentes.

Lely dibujó una serie de patrones con poses estándar y las numeró.  A menudo usaba el mismo tipo de vestido y la misma escena. Después de terminar el rostro del noble en cuestión, su artista principal (hoy lo llamaríamos Director de Operaciones), asignaba  a algún miembro del equipo para que usase una plantilla con la pose numerada y acabar el resto del cuadro. Y eso que el bueno de Lely no  había hecho ningún Máster ni tampoco estaba certificado en marcos ágiles de Scrum.

Enseguida el empresario-artista se dió cuenta de que si quería que su negocio fuese a más, tenía que sistematizar  y mecanizar los procedimientos. Fíjate que hasta cobraba más si la entrega era express, jeje. Hoy sería el puto amo del Time To Market, las Start Ups y de los NFT’s. ¿Te lo imaginas? Jeff Bezos y Elon Musk se lo rifarían.

El negocio creció como la espuma y al nota le salían los billetes por las orejas como a Pablo Escobar en sus mejores tiempos.

De una forma muy sencilla y muy inteligente, supo enfocar su actividad principal como retratista; los rostros. Su «core business».

Mientras que sus otros colegas de oficio apenas llegaban a un centenar de obras en toda su carrera, Lely fue capaz de hacer miles de retratos durante su vida.

Carlos II lo nombró su pintor principal de cámara y , ahora ya sí, por fin lo hizo Sir (como me alucina este tipo, de verdad).

¿Qué lecciones nos deja la experiencia de este genial pintor-empresario?

  1. Es ambicioso. Supo reconocer la oportunidad y obró con audacia.
  2. Sabe vender.
  3. Aplica el principio del 80/20 y eso que Pareto aún no había nacido.
  4. Tiene foco. Reconoce claramente el VALOR de su trabajo y se centra en él.
  5. Super orientado a la acción. Da acción. Controla, supervisa, genera los patrones.
  6. Sabe delegar. Enseña a su gente. Tiene claro lo que sólo y exclusivamente puede hacer él.
  7. pero ante todo, tachan, tachan, tachan ….

SUPO CONVERTIR tareas y rutinas, en SISTEMAS con un resultado precedible. Al margen de su talento como artista, supo usar la palanca de la sistematización como clave para hacer crecer su negocio y diferenciarse. Ganó pasta a mansalva y se diferenció de su competencia haciendo felices a todos los nobles de la corte que como aún no tenían facebook ni Insta, querían su retrato. Me quito el sombrero ante tanto talento.

Mañana, cuando te estés arreglando delante del espejo, mírate a los hojos honestamente y piensa que harás para ganar más dinero en tu Pyme.  Los ganadores utilizan los sistemas. Ya ves a Sir Peter. Acuérdate de él (he puesto su retraso a propósito para que lo recuerdes).

Si quieres aprender a hacer lo mismo, haz clic aquí y compartiré contigo mi método MSG (Mide- Simplifica y Gana Dinero).

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Feliz jornada querid@ superpymes:)